Heath's Modern Language Series: Spanish Short Stories

Chapter 14

Aquel pinar era el sitio en que indefectiblemente paseaba el cura todas las tardes.

Aquella a la que habia precedido su conversacion{93-1} con Varmen, salio como de costumbre tenia.

Cuando se hubo internado en el pinar, vio de repente salir de entre la enramada el guarda que traia su escopeta, el cual, parandose a corta distancia, se la echo a la cara, clavando en el sus ardientes y amenazadores ojos.

El cura se paro igualmente; pero con animo tan sereno, que al mirar al que le amenazaba, su rostro solo expresaba la mas completa calma, y la mas pura dignidad. Un rato se estuvieron viendo fijamente ambos, inmoviles y en silencio; lentamente se inclino hacia tierra la direccion de la escopeta del guarda, que en seguida bajo sus ojos, y despues de un momento de indecision, dijo en honda voz,

--Vaya Vd. con Dios, Padre! y desaparecio bruscamente en la espesura.



--Dios bendiga tu primer paso en la senda del bien, hijo! repuso en recia y conmovida voz el Cura, y salve tu alma, que pierdes entregandola a tus malas pasiones.

Si esta bendicion llevo su fruto, se ignora; pues nunca se volvio a saber de aquel a quien fue aplicada.[P]

Footnotes to Obrar Bien ... Que Dios Es Dios:

[P] NOTA. Este sucedido, tan pequena cosa en el hecho, y tan grande en su significacion, fue comunicado con la mas sincera sencillez al que lo refiere, por el mismo cura que en el actua, que lo relataba solo para probar que el hombre no c.u.mple tan facilmente como lo concibe un mal proposito;{93-2} y sin hacer valer que al digno apostol de la palabra de Dios, al firme sostenedor de las virtudes evangelicas, le respeta el hombre, por perverso que sea, si no ha renegado del bautismo que le hizo cristiano. (Fernan Caballero.)

EL TEN-CON-TEN

POR DON ANTONIO DE TRUEBA{94-1}

I

En un pueblo de Castilla llamado Animalejos, erigieron los labradores una ermita a San Isidro, a poco tiempo de ser canonizado el santo labrador matritense, y aquel santuario fue adquiriendo gran fama en toda la comarca, por los favores que otorgaba el Santo a los que los pedian con verdadera fe.

Andando el tiempo, la ermita se arruino, y en tal estado se hallaba hacia mediados del siglo presente. Los vecinos de Animalejos, poco peritos en efemerides historico-religiosas, decian que la ermita se arruino en el primer tercio del siglo XVI, con motivo de la guerra de las Comunidades, que tantos desastres causo en Castilla la Vieja, y aun en Castilla la Nueva; pero los vecinos de los pueblos cercanos les daban matraca llamandoles, no se sabe por que, los que arcabucearon al Santo; insulto que sacaba de sus casillas a los animalejenos y daba ocasion a tremendas palizas.

Es verdad que hacia siglos no quedaba de la ermita mas que un montoncillo de ruinas; pero se conservaba por tradicion, asi en Animalejos como en los pueblos inmediatos, la devocion al santo patrono de los labradores.

Dicese que cuando el rio suena, agua lleva;{94-2} pero aquella devocion de los animalejenos a San Isidro bastaba para desmentir, si no bastara su propia y sacrilega enormidad, la acusacion de haber arcabuceado a San Isidro los animalejenos.

Habia en Animalejos un sujeto, llamado por mal nombre el tio Traga-santos,{95-1} y digo que era llamado asi por mal nombre, porque se lo llamaban por la unica razon de que buscaba en Dios y en sus elegidos el consuelo de sus tribulaciones y las ajenas.

Las ruinas de la ermita de San Isidro estaban en las afueras de Animalejos, en un cerrillo que dominaba toda la vega. No pasaba una sola vez por alli el piadoso Traga-santos sin arrodilla.r.s.e sobre ellas y llorar la destruccion del templo.

El dia de San Isidro el tio Traga-santos cubria de flores aquellas sagradas ruinas; colocaba sobre ellas una mesita cubierta con un blanco mantel; en este sencillo e improvisado altar ponia, entre dos velas, una tosca imagen de San Isidro hecha de barro, circunstancia que para el const.i.tuia su mayor merito, pues se la habian llevado de Madrid, y suponia que aquel barro procedia de la tierra regada con el sudor del santo labrador, y pasaba casi todo el dia rezando entre aquellas ruinas.

El sueno dorado de toda la vida de Traga-santos habia sido ir a Madrid, gustar en su propio manantial el agua brotada milagrosamente al golpe del regaton de Isidro, y orar en el templo erigido al Santo en los campos que este rego con el sudor de su frente.

Era ya viejo, y temeroso de dejar este mundo sin realizar aquel piadoso sueno, determino al fin emprender su peregrinacion a Madrid, y asi lo hizo, llegando a las orillas del Manzanares vispera de la fiesta del glorioso San Isidro. La emocion que sintio al divisar materialmente los campos donde se realizo el poema, a la par sencillo, maravilloso y santo, de la vida de Isidro y su santa companera Maria de la Cabeza, es para pensada, y no para referida.{96-1}

--Senor--decia para si,--que felices son los madrilenos, que tienen la gloria de poder llamar compatriota suyo al bendito Isidro, y poco menos a la bendita Maria de la Cabeza! Que dicha la suya, pues pueden desde su propio hogar contemplar todos los dias los campos donde vivieron en carne mortal los santos labradores! Y con que santo regocijo y piadoso recogimiento de espiritu discurriran por aquellos campos, pondran su planta donde Isidro y Maria pusieron la suya, y se inclinaran a cada paso a besar aquella tierra, que Isidro rego con su sudor y los angeles santificaron con su presencia, bajando a ella para regir el arado del bendito labrador!

Pensando asi, el tio Traga-santos espero el alba del siguiente dia, y asi que el alba despunto, se encamino a los collados de San Isidro.

Antes de pasar el Manzanares, oyo hacia aquellos collados y la pradera interpuesta entre el rio y ellos, confuso, interminable y atronador murmullo de la muchedumbre, y dijo, lleno de piadosa emocion:

--Ah, que bien comprende el gran pueblo madrileno la incomparable dicha que goza de ser Madrid cuna de San Isidro, y sus campos teatro de los milagros del santo labrador! He ahi a ese piadoso y gran pueblo orando en alta voz para glorificar al Santo y pedirle el remedio y el consuelo de los males de la patria!

El alma se le cayo a los pies al pobre Traga-santos{97-1} cuando, apenas paso el Manzanares, se encontro con que aquel confuso y atronador murmullo de la muchedumbre congregada en torno del santuario y de la milagrosa fuente se componia, no de piadosos himnos y plegarias, sino de blasfemias, de obscenidades, de cantares profanos, y de gritos cuando menos locos e inspirados por la embriaguez. Y su corazon se estremecio de espanto cuando supo que en aquellos benditos campos habia que establecer todos los anos, al llegar el dia consagrado a glorificar al santo y sencillo labrador, que hasta cuidaba de las avecillas del cielo, un juzgado y un hospital para reprimir el crimen y proteger a sus victimas!{97-2}

Bebio el agua milagrosa, mezclandola con las lagrimas que arrancaban a sus ojos la piedad y el dolor, y penetro en el santuario, donde paso orando y llorando la mayor parte de la manana.

Cuando salio a recorrer aquellos campos, hollados por la planta del santo labrador, vio que el cielo se habia nublado, y oyo decir a las gentes que se le iban a mojar las polainas al Santo.

Esta frase causo honda pena a Traga-santos, porque le parecio irrespetuosa, y mas{97-3} proferida en el aniversario del transito del bienaventurado labrador al cielo, y mucho mas en boca de los compatriotas de Isidro, y muchisimo mas p.r.o.nunciada en el suelo santificado con la planta y los milagros de tan gran santo.

De repente empezo a llover con violencia, pero ceso la lluvia a corto rato; y cual no seria el asombro{97-4} del sencillo creyente vecino de Animalejos cuando vio que una porcion de mujeres, cuyos puestos de dulces, juguetes de ninos, campanillas y santos de barro y todo genero de baratijas habia averiado la lluvia, se encaminaban irritadas hacia la ermita, recogiendo piedras del suelo y se ponian a apedrear a una imagen de San Isidro colocada sobre el portico de la ermita, llenando de improperios al Santo porque, segun decian, le habian llenado de cuartos el cepillo y habian quemado en su altar no se cuantas velas para que hiciera que no lloviese,{98-1} y el Santo era tan desagradecido, que habia hecho precisamente todo lo contrario!{98-2}

--Pero no ven ustedes que judiada la de esa gente!--exclamo Traga-santos escandalizado, dirigiendose a un grupo de lugarenos de ambos s.e.xos que estaban a su lado presenciando aquella sacrilega pedrea.

--Pues aguarde usted un poco--le contesto uno de los lugarenos con asentimiento de los demas;--que en cuanto acaben de tirar piedras esas, vamos a empezar nosotros.

--Por que?--les pregunto Traga-santos sorprendido e indignado, tanto mas, cuanto que entonces reparo que cada lugareno tenia una piedra en la mano.

--No ve usted que claro se vuelve a poner el cielo? Lo que es de esta hecha volo la lluvia!{98-3} Y nosotros, pedazos de burros, que hemos andado diez leguas y hemos gastado un dineral en misas y luces y limosna al Santo para que lloviera, pues tenemos el campo quemado!... Al fin gato de Madrid habia de ser el! La culpa tiene voto a brios! el que se fia...

Traga-santos, horrorizado, no quiso oir el resto de la frase, y se apresuro a volver a la ermita para pedir al Santo, con los ojos arrasados en lagrimas, que detuviese con su intercesion la mano de Dios, sin duda levantada ya para castigar terriblemente al pueblo espanol por aquellos sacrilegios.....

Y al dia siguiente tomo el camino de su tierra, firmemente decidido a desagraviar al santo labrador reedificando la ermita de Animalejos y fomentando en ella el culto, que esperaba fuese alli mas sincero y desinteresado que el que recibia San Isidro en Madrid, en el pueblo que al parecer en tan poco tenia el ser{99-1} patria de tan gran santo.

II

Traga-santos vendio hasta los clavos de su casa para realizar su proposito de reedificar la ermita de San Isidro; y como aquello no bastase, anduvo de pueblo en pueblo pidiendo limosna para tan santa obra, por cierto con mucho fruto, particularmente en Cabezudo y Barbaruelo.

Al fin tuvo el consuelo de ver restablecido en Animalejos el santuario del bendito labrador, mas grande y mas hermoso que el antiguo, a juzgar por los cimientos y las ruinas que del antiguo quedaban.

Hubiera sido gran dicha para Traga-santos poder colocar en el la antigua imagen; pero esta imagen habia desaparecido, y fueron vanos todos los esfuerzos que hizo para dar con ella.

Traga-santos ideo un medio muy eficaz de reemplazarla ventajosamente.

Escribio a Madrid a persona de toda su confianza, encargandole que le enviase un par de sacos de la mejor arcilla que hallase en los cerros de San Isidro, y asi que recibio esta bendita tierra, se fue con ella a Valladolid e hizo que le modelase un buen escultor{100-1} una buena imagen de San Isidro, que bien cocida y pintada, llevo al senor Arzobispo y este bendijo, concediendo muchas indulgencias a los que rezasen delante de ella.

Volvio Traga-santos a Animalejos con tan preciosa imagen, y una vez colocada en la ermita con gran solemnidad, se dedico aquel piadoso y sencillo anciano a fomentar el culto y la devocion de San Isidro.

Su santo celo no fue inutil, porque antes de un ano la ermita de Animalejos era uno de los santuarios mas concurridos y venerados de toda Castilla la Vieja, a lo que contribuyeron los muchos beneficios que por intercesion de San Isidro y la del mismo Traga-santos habian obtenido de Dios en tan corto tiempo los devotos.

He dicho que la intercesion de Traga-santos habia mediado tambien en la obtencion de estos beneficios, y esto necesita explica.r.s.e.

Las gentes que conocian la santidad de Traga-santos y sabian lo mucho que{100-2} San Isidro le debia, eran de parecer que la mediacion de Traga-santos era poderosisima y eficaz para obtener la del Santo para con Dios.